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24 de Mayo de 2009

¡Qué bueno está Malpaís!

Ciudad y campo ‘Un día lejano’ es el disco doble de un grupo que sorprende con nuevos estilos

Lorna Chacón lorna.chacon@gmail.com

Hace ocho años, cuando el Grupo Malpaís comenzaba, Fidel Gamboa compuso Son Inú , una ingeniosa canción a cuyos versos les falta la última sílaba. La pieza estuvo a punto de no ser incluida en el primer disco de la agrupación porque su humor parecía “extraño” a los otros integrantes.

Irónicamente, hoy, Son Inú es la única canción imprescindible en los conciertos de Malpaís, cuyo nombre proviene de un alejado paraíso en la península de Nicoya

En el país de Malpaís todo puede suceder y ocurre, y su más reciente sorpresa es Un día lejano , dos discos compactos con 26 canciones que rompen con un silencio de más de dos años.

Más que un fenómeno musical que llena sus conciertos, Malpaís es un grupo de amigos, pero de amigos que son músicos y, además, talentosos. Esta camaradería se refleja en sus canciones llenas de ironía, de nostalgia, de crítica y de amor: a uno mismo, a los otros, y el amor a un país y a un Guanacaste que “ya no está”, como reza una de sus letras.

El grupo no tiene una fecha de nacimiento exacta, pero su primer concierto data del 2001. Poco antes, los hermanos Fidel y Jaime Gamboa, el violinista Iván Rodríguez y el percusionista Carlos Tapado Vargas empezaron a “pelotear” la creación de un grupo junto con Bernardo Quesada y Patricio Pato Barraza, quienes ya no forman parte del grupo.

Después vinieron nuevos integrantes y el éxito: en el 2008, Malpaís recibió tres premios de la Asociación de Compositores y Autores Musicales de Costa Rica. En el 2007, su sello, Papaya Music, le entregó discos de oro (7.500 ejemplares) y disco de platino (15.000) por sus ventas. Además, el grupo se ha presentado en Italia, España, México, Ecuador, Chile, Estados Unidos, Panamá y Nicaragua.

El sábado anterior, Malpaís brindó un multitudinario concierto en la Plaza de la Democracia para presentar su más reciente disco: Un día lejano , producto de más de dos años de composición y producción. El disco muestra un Malpaís más urbano, o, como dijo el realizador audiovisual Marvin Murillo, un Malpaís “más canalla”, sin descuidar sus raíces cercanas a lo rural y al Guanacaste de sus amores.

En este tercer disco compacto grabado en estudio (pero cuarto en la historia del grupo), hay de todo: rock , bolero, calipso, blues , ritmos de cimarrona, son de toros y sonidos de músicos invitados, como los bronces del grupo Sonsax, la tuba de Andrés Porras, el corno de Mariano Arroyo, el trombón de Andrés León y la guitarra eléctrica de Ricardo Alfaro.

Los malpaíses. El capitán del barco se llama Fidel Gamboa, voz principal, compositor y arreglista. Además, toca guitarra, flauta traversa y flauta celta. Su hermano, Jaime, es otro de los compositores y el “vocero” del grupo pues es el más hablador. Él toca el bajo eléctrico, el contrabajo y el bajo limonense de cajón.

Los sonidos del piano, el órgano Hammond, la marimba y el acordeón nacen de las manos de Manuel Obregón, inquieto director de la Orquestas de la Papaya y la del Río Infinito.

Del violín y la mandolina se encarga Iván Rodríguez, director de los festivales de las Artes del Ministerio de Cultura. Su hija Daniela es la primera mujer que irrumpió en esta “isla de hombres solos” con su dulce voz. En este nuevo disco, Daniela se atreve no sólo como corista sino como voz principal.

Carlos Tapado Vargas, integrante de Editus, comparte la responsabilidad de la batería junto a Gilberto Jarquín, uno de los más alegres del grupo. Tapado siempre sorprende con su capacidad para ejecutar la percusión así como para experimentar con nuevos instrumentos.

Los “malpaíses” tienen un denominador común: su capacidad creativa y su necesidad de experimentar, y no sólo dentro del grupo musical, sino en proyectos individuales. Un ejemplo es el hecho de que, como parte de este lanzamiento, Malpaís estrenó, el 29 de abril, el videoclip de Efecto mariposa , un tema del disco que habla sobre la relación entre todas las cosas y entre todos los seres que habitamos este planeta.

Para crear ese videoclip, seguidores del grupo enviaron escenas audiovisuales que grabaron con sus propias cámaras o teléfonos celulares. Las escenas se combinaron con material grabado por los “malpaíses” en un edificio abandonado de San José.

El día ‘cercano’. Realizar dos discos compactos con 26 canciones no es una tarea fácil. Las letras y las melodías fueron surgiendo como un torrente creativo luego de diciembre del 2007, cuando la agrupación lanzó Malpaís en vivo , su tercer disco luego de Uno (2002) e Historias de nadie (2006).

“En Un día lejano hay de todo: variedad de ritmos y de emociones, pero siempre dentro de la línea de contar historias y recuperar personajes, lugares e imágenes muy nuestras”, afirma Jaime Gamboa, compositor de algunas de las canciones, como Rosa de un día , dedicada a la ciudad de San José, y Tierra seca , una pieza cargada de nostalgia.

Por su parte, Fidel Gamboa es un hombre de pocas palabras; para él, la mejor forma de explicarse es escribir letras de canciones. Fidel aborda diversos problemas humanos. “ Mi ciudad está dedicada a una querida amiga que perdió a su esposo en un accidente”, revela. Canela y miel , otra de sus composiciones, “nació del recuerdo de lejanas vacaciones en el tiempo de las rockolas, en salones frente al mar, donde uno comenzaba bailando ‘pirateao’ en las tablas y terminaba en la arena”, confiesa.

Derechos de autor es un tema muy a propósito del conflicto surgido entre radioemisoras y sellos disqueros. Fidel y Jaime la compusieron con citas ocultas; solo quien las escuche podrá entender y reír de ellas. ¿Bolero yo? ya había sido grabado en Malpaís en vivo , pero Fidel hizo un nuevo arreglo, “que recuerda el sonido de las grandes orquestas latinas de los años 50”.

El sonido guanacasteco está en Hila y reta , con letra de Jaime y música de Fidel. “El ritmo es un son de toros, y en el arreglo le sumamos una cimarrona cruzada con banda de funk ”, explica Jaime. En Adán cantaba , los hermanos rinden homenaje a su tío abuelo, Adán Guevara Centeno, “maestro, compositor, serenatero incurable, enamorado de las mujeres, de su Guanacaste y de sus ideas”.

Fidel detalla que Objetos perdidos plantea “una queja contra el tiempo, el silencio, el olvido, la burocracia, la guerra, el miedo, la pérdida de identidad…; pero, sobre todo, es una queja contra la Oficina de Objetos Perdidos, que no devuelve nada”. Así, una a una, cada canción es un mundo, una historia, un lugar, una evocación.

¿Qué sigue ahora? Jaime Gamboa relata cómo, en julio, él y Fidel publicarán un disco con canciones de ambos que acompañará a un libro de cuentos escrito por Jaime: La orquesta imposible . “Habrá canciones que grabamos en Guanacaste junto a nuestro tío, Max Goldenberg”, explica Jaime.

El grupo hará giras dentro y fuera de Costa Rica, incluida una visita a España. En diciembre brindará un concierto de lujo con la Orquesta Filarmónica en el Teatro Nacional. “Siempre tenemos pendiente hacer un buen DVD. Ese es nuestro reto inmediato”, puntualiza Jaime Gamboa, quien reside en Malpaís, territorio musical habitado de proyectos.

 

Tomado de http://www.nacion.com/ancora/2009/mayo/24/ancora1970924.html

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